
Abrió y cerró
la puerta
y desapareció
y ya no volví a verle
nunca
nunca
jamás.
Apenas si conservo
un fugaz parpadeo
de su fugaz imagen,
y esa fugaz imagen
es ya todo mi vida,
esta vida fugaz
y siempre huyendo
desesperadamente
de sí misma.
Abrió y cerró
la puerta
y desapareció,
y desapareció,
¡y desapareció!
¿y desapareció?
JUAN CERVERA SANCHIS
México D. F., 15 mayo 2010
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