He chocado con el espejo del pasillo y observado con sorpresa que mis omóplatos se han transformado en dos hermosas alas. Las he tenido siempre, pero estaban escondidas. Ahora sopla el viento, las desplegaré y volaré muy alto.
Casi no me he reconocido en la imagen que el espejo proyectaba, pero me ha dado mucha alegría SALUDARME DE NUEVO.
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